miércoles, 2 de junio de 2010

Tan diferentes...

Tu eres el sol yo la luna. Tu el día y yo la noche. Tu la luz yo la oscuridad. Somos tan diferentes… polos opuestos, tu y yo no funcionaríamos nunca…
Eso es lo que tu recuerdas y son las palabras que yo recuerdo hoy, que recuerdo como tantas otras, que junto con tu aliento salían de tus labios esa tarde. Y son esas mismas palabras las que hoy me obligan a decirte que no son exactamente las que primero salen al indagar en mi memoria; no es la imagen de aquella vez que esperé sentada mientras te perdías hablando con la niña de detrás de la columna verde, no, no es lo primero que recuerdo, ni tampoco aquella vez que salí de aquel coche tan rápido como las lágrimas que en ese momento resbalaban de mis mejillas al ver que tus labios se acercaban a la de los ojos verdes, no, no es exactamente lo que recuerdo. Tampoco son las palabras, que deberían ser eliminadas del diccionario, ni los gritos y numeritos de celos que montabas, no, no es exactamente lo que recuerdo.
Todo esto me obliga a explicarte qué es lo que en mi memoria ha quedado grabado a fuego y no son otra cosa que tus caricias, tus besos, tu respiración, tu forma de mirar, tu ilusión y sonrisa cuando me sacabas una foto jugando con la nieve sabiendo que era la primera vez que vi tanta junta, la misma ilusión que vi en tus ojos cuando la primera vez que los míos vieron el retiro, recuerdo como te reías al ver como no podía mirarte a los ojos la primera vez que nos vimos en aquella estación…
Hoy te explico todo esto para que entiendas que jamás te olvidaré, pase lo que pase; fuiste la primera y guardaré todos los buenos recuerdos, aquellos que me hacen temblar, que hacen palpitar mi corazón…

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